No se puede desperdiciar ni un sólo día de sol para comer al aire libre.
En estas minivacaciones he tenido en casa invitados, y he montado la mesa en el porche.
Como véis es una mesa sencilla, sin grandes adornos, exceptuando los productos españoles, un buen jamón y vino fino para empezar con buen pie.
Mi consejo es que cuando tenemos un entorno tan agradable como éste, no es necesario recargar la mesa.
Buscad siempre algún detalle original: en este caso las cerezas a juego con el mantel.